IMANE ESTÁ TRISTE
(La chica de ayer)
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Ella me enseñó quién era Antonio Vega. Un día la sorprendí y la invité a verle en una sala de culto de Madrid. Y allí descubrí por qué le gustaba tanto. Era un poeta, una sensibilidad a flor de piel capaz de atrapar una voluta en el aire y convertirla en un verso.
Había conseguido hacerse pasar por maldito, pero en él, viéndole ya tan vulnerable y frágil, lo único por maldecir era lo irreversible. Compartían su esfuerzo por sobreponerse a golpe de poemas y canciones, sólo los espíritus sensibles que suspiraban por reconocerle una sonrisa en una mueca dolorida.
Ayer murió un poeta que ponía música a sus versos. Imane, (mi chica de ayer) está triste, muy triste. Un beso y una rosa. El beso para ti. La rosa para Antonio. El chico triste que tenía por musa la ternura. Malasaña está de luto. Ha muerto un poeta con guitarra. No llores, Imane. Pronto volveremos a verle en la penumbra de una sala cualquier día de estos. Pronto volveremos a vernos.
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