Era una ilusión encriptada en el reflejo de un espejismo. Un camino perfumado de tierra mojada y húmedos enebros que lleva al corazón mismo del origen de la lengua. Toda la imponente arquitectura del monasterio emerge rosáceo sobre un fondo verdoso de pinares y hayedos. Y el rumor del agua del río acompasa sus sinfonías arrullando el valle del monasterio donde fue criado Berceo. Y en todos los muros resuenan los ecos del glorioso mester de clerecía.
lunes, 19 de septiembre de 2011
sábado, 17 de septiembre de 2011
BUSCANDO A PAUL VERLAINE...
METZ, Francia, ciudad natal de Paul VERLAINE
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El 30 de marzo de 1844, nacía en la ciudad francesa de Metz, Paul Marie VERLAIN, que luego fuera uno de los más grandes poetas franceses junto con su amigo y amante Arthur RIMBAUD. En esta bella ciudad de la Moselle, tiene levantada en su honor una estatua en un parque cercano a su casa natal. La imponente catedral y la estación (construida a finales del siglo XIX por los alemanes durante su anexión), forman parte, junto con otras edificaciones, de esta monumental ciudad y pueden dar una idea de la de su importancia estratégica por su proximidad a la frontera alemana. Fue en la estación de Metz precisamente donde, el 8 de julio de 1943, murió a consecuencias de las torturas nazis el jefe de la resistencia francesa, Jean MOULIN. Los dos primeras estrofas del poema de VERLAINE "Canción de otoño", fueron elegidas por los aliados como contraseña para avisar a la resistencia del interior del desembarco en Normandía. También las F.F.I. llevaban sobre sus uniformes el emblema de la cruz de Lorena.
***
C’ est l’ extase
(Paul VERLAINE)
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C’ est l’ extase langoureuse,
C’ est la fatigue amoureuse,
C’ est tous les frissons des bois
Parmi l’ étreinte des brises,
C’ est, vers les ramures grises,
Le choeur des petites voix.
O le frêle et frais murmure!
Cela gazouille et susure,
Cela ressemble au cri doux
Que l’ herbe agitée expire...
Tu dirais, sous l’ eau qui vire,
Le roulis sourd des cailloux.
Cette âme qui se lamente
En cette plainte dormante
C’ est la nôtre, n’ est-ce pas?
La mienne, dis, et la tienne,
Dont s’ exhale l’ humble antienne
Par ce tiède soir, tout bas.
***
Es el éxtasis
Es el lánguido éxtasis,
Es el cansancio del amor,
Son todos los temblores del bosque
Por el abrazo de las brisas,
Es, en los ramajes grises,
El coro de las pequeñas voces.
Oh, el frágil y fresco murmullo!
Esto murmura y susurra,
Esto se parece al grito dulce
Que expira la hierba agitada...
Como quien dice, bajo el agua que gira,
El vaivén sordo de las piedras.
Esta alma que se lamenta
En esta queja dormida
Es la nuestra, no es cierto?
La mía, dí, y la tuya,
De la que brota la humilde antífona
En esta tibia tarde, muy despacio.
martes, 6 de septiembre de 2011
AL ALBA SORPRENDIDA
AUBE
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J'ai embrassé l'aube d'été.
Rien ne bougeait encore au front des palais.
L'eau était morte. Les camps d'ombres ne quittaient pas la route du bois.
J'ai marché, réveillant les aliènes vives et ttèdes, et les pierreries regardèrent, et les ailes se levèrent sans bruit.
La première entreprise fut, dans le sentier déjà empli de frais et blêmes éclats, une fleur qui me dit son nom.
Je ris au Wasserfall blond qui s'échevela à travers les sapins: à la cime argentée je reconnus la déesse.
Alors je levai un à un les voiles. Dans l'allée, en agitant les bras. Par la plaine, où je l'ai dénoncée au coq.
A la grand ville elle fuyait parmi les clochers et les dômes, et courant comme un mendiant sur les quais de marbre, je la chassais.
En haut de la route, près d'un bois de lauriers, je l'ai entourée avec ses voäes amassés, et j'ai senti un peu son immense corps. L'aube et l'enfant tombèrent au bas du bois.
Au réveil il était midi.
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Arthur Rimbaud
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Alba
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He abrazado el alba de verano.
Nada se movía aún en la fachada de los palacios. El agua estaba muerta. Los campos de sombras no abandonaban el camino del bosque. Avancé, despertando alientos vividos y tibios y las pedrerías miraron y las alas se alzaron sin ruido.
El primer acontecer fue, en el sendero ya colmado de frescos y pálidos destellos, una flor que me dijo su nombre.
Sonreí a la rubia Wasserfall que se despeinaba por entre los pinos: en la cima plateada reconocí a la diosa.
Entonces, levanté uno a uno los velos. En la alameda, moviendo los brazos. Por la llanura donde denuncié al gallo.
Hacia la ciudad ella huía por entre los campanarios y las cúpulas y corriendo como un mendigo por las avenidas de mármol, yo la perseguía.
En lo alto del camino, cerca de un bosque de laureles, la rodeé con sus velos amontonados y sentí un poco, su inmenso cuerpo. El alba y el niño cayeron bosque abajo.
Al despertar era mediodía
_________
Arthur Rimbaud
viernes, 26 de agosto de 2011
LA ORACIÓN DE NOTRE DAME DE ROMEDACK
En la ermita de Notre Dame de Romedack, la petite Carcassonne de Lorraine, una mujer dejó olvidadas varias de sus pertenencias. Un elegante sombrero, un bonito pañuelo y una oración manuscrita que depositó sin quemar sobre la bandeja de las velas. No es posible imaginar por qué no quiso convertir su desgarradora plegaria en irreconocibles cenizas, ni, desde luego, por qué causa la dejó allí a la vista de todos los visitantes y curiosos. Fuera cual fuese la razón de su grito desesperado, ciertamente no podía dejarnos indiferente a cuantos peregrinos visitábamos aquella alejada villa medieval del este francés. Su grito de odio y desesperanza dice así:
***
"Mi madre y mi familia son hijos de puta. Escupiré en sus tumbas. Si me ocurriese algo antes que a ellos, que no lloren porque si Dios me da un poco de fuerza a este momento, saldré de mi féretro y los mataré todos.
Perdóname, Señor, y ten piedad de mí.
Sylviane"
martes, 9 de agosto de 2011
POR LOS CAMPOS DE CASTILLA...
¿Eres tú, Guadarrama, viejo amigo,
la sierra gris y blanca,
la sierra de mis tardes madrileñas
que yo veía en el azul pintada?
Por tus barrancos hondos
y por tus cumbres agrias,
mil Guadarramas y mil soles vienen,
cabalgando contigo, a mis entrañas.
***
Campos de Castilla, A. Machado
lunes, 11 de julio de 2011
ESCENAS MATRITENSES VI
CAFÉ DE ORIENTE - MADRID
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Un revoltijo de alados albatros emergen en verano por las plazas recoletas de Madrid. Son las terrazas del estío. Esos remansos inquietantes y rumorosos de confidencias y declaraciones amorosas, que se arrullan bajo palios extendidos al viento y desplegados cual inmaculado velamen abrazados a su mesana.
***Y UNA MILONGA EN PLENA CALLE DEL ARENAL...
Allí, junto a la castiza iglesia de San Ginés y la calle de Bordadores, nos sorprende una milonga porteña amenizada por un cuarteto de violines. Se exhiben los tanguistas y se pierden las nostalgias enredadas por entre las fachadas del palacio de Gaviria y la plaza de la Ópera.
sábado, 9 de julio de 2011
LAS ALFOMBRAS DE BARCELONA
LAS ALFOMBRAS DE LA CIUDAD
(Texto y fotos de María ABRIL)
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A menudo, cuando tengo que explicar a mis turistas qué color tiene Barcelona, suelo dejarme llevar por la definición que dieron arquitectos y diseñadores hace algún tiempo, palabras escritas por los más entendidos: “Tiene el color gris plateado de la sardina”. Y es así, aunque en una reflexión algo más profunda, a veces creo que esa afirmación no es del todo correcta, ya que mi percepción de la ciudad no es para nada almibarada pero tampoco totalmente objetiva.
Los colores, formas y reflejos de los edificios me hablan de la imaginación desbordante de los arquitectos, el azul del mar me señala lo mediterránea que es, pero, sobre todo, los colores de la tierra a veces asoman, no sin cierto temor a desaparecer, y nos permiten ver lo que podría ser una hermosa ciudad jardín.
A finales de primavera y a punto de empezar el verano, algunos puntos de la ciudad olvidan ese color gris plateado para teñirse de amarillo, violeta, morado, blanco y una variedad de tonos verdes a veces de difícil descripción. Una primavera lluviosa y un poco de viento hacen el resto, que los suelos de los espacios públicos adopten colores inusuales y embellezcan la ciudad de un modo casi indescriptible durante algunos días, si a ello acompañamos, esa famosa cultura del balcón, aparece el coctel perfecto.
Hoy desde estas cuatro líneas, quiero rendir homenaje a lo que yo llamo “las alfombras de Barcelona”, y espero que esos colores también os acompañen un poco en vuestra vida. Dedicado a todos aquellos que dan sentido a mi vida.
Los colores, formas y reflejos de los edificios me hablan de la imaginación desbordante de los arquitectos, el azul del mar me señala lo mediterránea que es, pero, sobre todo, los colores de la tierra a veces asoman, no sin cierto temor a desaparecer, y nos permiten ver lo que podría ser una hermosa ciudad jardín.
A finales de primavera y a punto de empezar el verano, algunos puntos de la ciudad olvidan ese color gris plateado para teñirse de amarillo, violeta, morado, blanco y una variedad de tonos verdes a veces de difícil descripción. Una primavera lluviosa y un poco de viento hacen el resto, que los suelos de los espacios públicos adopten colores inusuales y embellezcan la ciudad de un modo casi indescriptible durante algunos días, si a ello acompañamos, esa famosa cultura del balcón, aparece el coctel perfecto.
Hoy desde estas cuatro líneas, quiero rendir homenaje a lo que yo llamo “las alfombras de Barcelona”, y espero que esos colores también os acompañen un poco en vuestra vida. Dedicado a todos aquellos que dan sentido a mi vida.
domingo, 19 de junio de 2011
domingo, 29 de mayo de 2011
lunes, 23 de mayo de 2011
PRIMAVERA CELOSA EN LA SIERRA
PRIMAVERA CELOSA
(Miguel Hernández)
***
Me cogiste el corazón,
y hoy precipitas su vuelo
con un abril de pasión
y con un mayo de celo.
***
Vehementes frentes tremendas
de toros de amor vehementes
a volcanes me encomiendas
y me arrojas a torrentes.
***
Del abril al mayo voy
más celoso que moreno
y más que celoso estoy
en mi corazón ameno.
***
Como de un fácil vergel,
se apropian de ti y de mí
la vehemencia del clavel
y el vellón del alhelí.
***
Hay gallos de altanería
alardeando en mis venas
y en la frondosa alma mía
mejoranas y azucenas.
***
Sin sospechar sus gusanos
llega tu carne a sus plenos,
y se me encrespan las manos
y se te encrespan los senos.
***
Me desazona la planta
un ansia de enredadera
y de tu cuerpo y de tanta
rosa rosal ser quisiera.
***
Dando fruto a las abejas,
entre labios y racimos,
muy cerca de tus orejas
y de las mías vivimos.
***
Si a higuera tu beso huele,
suena y sabe a ruiseñor,
y abril con amor me duele
y mayo con flor y amor.
***
Beso y quiero, quiero y muero;
si nos parte en dos la ausencia,
pues con vehemencia te quiero,
me moriré con vehemencia.
***
VÍDEO
***
(Miguel Hernández)
***
Me cogiste el corazón,
y hoy precipitas su vuelo
con un abril de pasión
y con un mayo de celo.
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Vehementes frentes tremendas
de toros de amor vehementes
a volcanes me encomiendas
y me arrojas a torrentes.
***
Del abril al mayo voy
más celoso que moreno
y más que celoso estoy
en mi corazón ameno.
***
Como de un fácil vergel,
se apropian de ti y de mí
la vehemencia del clavel
y el vellón del alhelí.
***
Hay gallos de altanería
alardeando en mis venas
y en la frondosa alma mía
mejoranas y azucenas.
***
Sin sospechar sus gusanos
llega tu carne a sus plenos,
y se me encrespan las manos
y se te encrespan los senos.
***
Me desazona la planta
un ansia de enredadera
y de tu cuerpo y de tanta
rosa rosal ser quisiera.
***
Dando fruto a las abejas,
entre labios y racimos,
muy cerca de tus orejas
y de las mías vivimos.
***
Si a higuera tu beso huele,
suena y sabe a ruiseñor,
y abril con amor me duele
y mayo con flor y amor.
***
Beso y quiero, quiero y muero;
si nos parte en dos la ausencia,
pues con vehemencia te quiero,
me moriré con vehemencia.
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VÍDEO
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sábado, 21 de mayo de 2011
EVOCADORES RINCONES DE MADRID: EL CAFÉ CENTRAL
LA TERRAZA DEL CENTRAL - MADRID
(Jesuardo- 2011)
***
En el bohemio y céntrico barrio de las Las Letras, y, más concreamente en la trapezoidal plaza del Ángel, está el Central. Un clásico y reconocido café de conciertos de jazz fundado allá por los años ochenta. Allí, enclavado en el corazón mismo de la ciudad. Colindante con la plaza de Santa Ana, principio (o fin, según cuadre) de la famosa calle de las Huertas, y al lado mismo de la iglesia de San Sebastián, donde yacen los restos de Lope de Vega (aunque no se sabe muy bien dónde exactamente, ya que el Fénix de los ingenios se muestra tan esquivo y provocador también ya fenecido). Y frente por frente del hotel Meliá, otrora afamado lugar de tertulias taurinas. Aquí está pues este pequeño y acogedor café por donde han pasado los mejores intérpretes y grupos de jazz del mundo. Hay rincones de Madrid en los que merece la pena parar y reparar.
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