PALENCIA Y EL ROMÁNICO
PALENCIA es la zona donde se conserva la mayor concentración de monumentos y restos románicos de Europa. Ejemplares únicos de iglesias románicas y prerrómanicas pueden ser visitadas cualquiera que sea la ruta que el viajero elija. Puede decirse, desde luego, que Palencia es la capital del arte románico. Y no sólo por la belleza singular de sus iglesias y monumentos, sino por su excelente conservación. Desde la catedral de Frómista a la colegiata de San Salvador de Catamunda en Palencia, pueden ser admiradas como extraodinarias muestras de ello. Un viaje que no defrauda.
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EL CANAL DE CASTILLA
Se trata de una de las obras de ingeniería civil hidráulica más importantes de las realizadas en España. Su construcción duró varios años entre finales del siglo XVIII y principios del XIX. Discurre por las provincias castellanas de Burgos, Valladolid y Palencia, y fue pensado para transportar el trigo de Castilla a los puertos del norte. Luego la llegada del ferrocarril hizo desistir de su fialización. Tiene no obstante 207 kilómetros de longitud y une la poblaciones de Alar del Rey (Palencia), con Medina de Rioseco (Valladolid). Hoy, los tramos que se conservan mejor, especialmente en Palencia a su cruce con el Río Carrión, está dedicado a actividades de ocio y recreo. Su visita es obligada.
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SALDAÑA Y LA VILLA DE OLMEDA
Saldaña, fundada por los Condes del mismo nombre, conserva aún muchos de los monumentos por su relación con históricos y poderosos personajes del viejo Reino de Castilla. Excepto el castillo, cuyas ruinas pueden verse en el cerro donde majestuosamente se elevaba. Saldaña está llena de leyendas ligadas a las luchas dinásticas del Reino de Castilla. La imaginación popular ha ido tejiendo muchas de esas leyendas, como la de D. Bernardo de Carpio, hijo del conde de Saldaña, D. Sancho y de Doña Jimena, hermana del rey de Asturias, Alfonso II el Casto. Este rey se oponía al matrimonio de su hermana con el conde, de modo que mandó encerrarlo en una mazmorra y a su hermana la envió a un monasterio.
La Villa Romana de Olmeda fue descubierta por el propietario de las tierras donde se halla, muy próxima a Saldaña, en el año 1968. Luego la donó a la Diputación de Palencia, y hoy constituye un magnífico ejemplo de restauración y conservación. Muestra los restos de esta villa romana a un conjunto agropecuario datado hacia los siglos V o VI, cuyo propietario debió de ser un importante personaje romano muy próximo al emperador. Destacan también las dos necrópolis de la villa y, desde luego, sus magníficos mosaicos. Otra visita que merecerá la pena.
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