viernes, 21 de mayo de 2010

FRAGMENTOS DE LA NOSTALGIA

La famosa foto de Simone BEAUVOIR desnuda publicada por Nouvel Observateur en su portada en el año 2008. Nada se sabe sobre el autor o autora de la foto de los años cincuenta. ¿Tal vez algún amante despechado?


Simone de BEAUVOIR. JEDUARDO 2010. Para Elena P.

SARTRE y la BEAUVOIR, una pareja singular
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Ella escribió lo siguiente en su libro La force des choses. Muchos años después, cuando escribió sus memorias afirmaría cosas bien distintas. Pero es muy interesante lo que Simone escribió.
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¿UNA HISTORIA DE AMOR?
En mi vida hay un éxito indudable: mi relación con Sartre. En más de treinta años, tan sólo recuerdo una ocasión en que fuésemos separados al encuentro del sueño. Esta larga compenetración no ha atenuado en absoluto el interés que nos prestábamos en nuestras conversaciones: una amiga común nos ha hecho notar que siempre uno de los dos habla el otro escucha con una atención absoluta. Y sin embargo, nuestros pensamientos han sido tan asiduamente criticados, corregidos, afirmados, que ya es como si fueran de los dos. Tenemos a nuestras espaldas un stock indiviso de recuerdos, de conocimientos, de imágenes; disponemos, para captar el mundo, de los mismos instrumentos, de los mismos esquemas, de las mismas claves; sucede a menudo que uno de nosotros termina la frase que ha iniciado el otro; si nos hacen una pregunta, sucede a veces que damos respuestas idénticas. A partir de una palabra, de una sensación, de una sombra, iniciamos un mismo recorrido interior que nos lleva simultáneamente a una conclusión absolutamente inesperada. No nos asombramos en absoluto de tener idénticas ocurrencias. Recientemente leía unas anotaciones escritas por Sartre hacia 1952 que yo no conocía y en ellas descubría pasajes casi idénticos palabra por palabra, a otros que yo escribí en mis Memorias casi diez años después. Nuestros temperamentos y nuestras inclinaciones, nuestras opciones y nuestras obras anteriores siguen siendo diferentes. Pero se alimentan de la misma savia. ¡Y cuántas amenazas se encierran en ella! Lo único realmente nuevo e importante que puede sucederme es la desgracia. O yo veré morir a Sartre, o él me verá morir a mí. Ha de ser horrible no poder estar presente para poder consolar al otro de la pena que le causará el que haya muerto. Ha de ser horrible abandonarle en silencio.
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Ya se ha dicho que muchos años después su opinión era bien diferente. En cualquier caso lo dejó así escrito.


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